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El Viaje de la Pequeña Gota |
En lo alto de una montaña, entre las nubes, vivía una
pequeña gota de agua llamada Azul. Azul era una gota
curiosa y aventurera, soñaba con explorar el mundo y conocer
nuevos lugares. Un día, mientras observaba el valle desde la
cima de la montaña, Azul vio un río que fluía hacia el mar.
Azul decidió embarcarse en un viaje para conocer el mar.
Se despidió de sus amigas las nubes y se dejó caer hacia el río.
Al principio, Azul tenía miedo, pero pronto se sintió libre
y feliz mientras viajaba por el río.
En su viaje, Azul conoció a muchos amigos: peces de colores,
ranas juguetonas y tortugas sabias. Todos ellos le contaron historias
sobre el río y le enseñaron sobre la importancia del agua para la vida.
Azul también encontró algunos peligros en su viaje.
Tuvo que esquivar piedras afiladas, evitar ser atrapada
por una red y nadar con cuidado durante una tormenta.
Pero Azul nunca se rindió y siempre siguió adelante con su viaje.
Finalmente, después de muchos días, Azul llegó al mar.
Se quedó sin aliento al ver la inmensidad del océano
y la belleza de las olas. Azul se sintió pequeña e insignificante,
pero también llena de alegría por haber logrado su sueño.
Azul nadó en el mar durante mucho tiempo, explorando
sus profundidades y jugando con las olas. Aprendió sobre
la vida marina y sobre la importancia de cuidar el océano.
Al final de su viaje, Azul regresó a la montaña.
Ya no era la misma gota de agua que había comenzado su viaje.
Era una gota más sabia, más fuerte y más valiente.
Azul le contó a sus amigas las nubes sobre sus aventuras y les
enseñó todo lo que había aprendido.
Moraleja:
Nunca debemos renunciar a nuestros sueños, por difíciles que parezcan.
Con esfuerzo y perseverancia, podemos lograr todo lo
que nos propongamos. Debemos cuidar el medio ambiente
y proteger la naturaleza, ya que es el hogar de todos los seres vivos.
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