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El Secreto del Árbol Abuelo |
En un pequeño pueblo rodeado de bosques frondosos
vivía una niña llamada Olivia.
Era una niña curiosa y aventurera, le encantaba explorar
los rincones del bosque y descubrir sus secretos.
Un día, mientras paseaba por un sendero cubierto de hojas secas,
Olivia se encontró con un árbol enorme, tan grande
que sus ramas tocaban el cielo.
El árbol era tan antiguo que su tronco estaba cubierto de hiedra
y sus hojas brillaban con un color verde intenso.
Olivia se sintió atraída por el árbol abuelo, como si le llamara
a descubrir sus secretos. Se acercó al tronco y acarició
su áspera corteza. De repente, una pequeña puerta
de madera se abrió en el árbol.
Olivia se quedó sin aliento, no podía creer lo que veía.
Lentamente, empujó la puerta y se adentró en el árbol.
Al entrar, Olivia se encontró en una pequeña habitación
iluminada por una luz tenue. En el centro de la habitación
había un libro antiguo, encuadernado en piel y con las
páginas doradas. Olivia se acercó al libro y lo abrió con cuidado.
En las páginas del libro encontró historias mágicas, poemas
sobre animales fantásticos y dibujos de lugares increíbles.
Olivia pasó horas leyendo el libro, fascinada por las historias
que narraba. Cuando llegó el atardecer, Olivia se despidió
del árbol abuelo y regresó a su casa. Desde ese día,
Olivia visitaba al árbol abuelo con frecuencia para leer
su libro mágico y aprender sobre los secretos del bosque.
Un día, Olivia estaba leyendo en el árbol abuelo cuando escuchó
un ruido extraño. Se asomó por la ventana y vio a un grupo
de hombres con hachas que se acercaban al árbol.
Olivia se dio cuenta de que querían cortar el árbol abuelo
para construir una nueva carretera.
Olivia no podía permitir que eso sucediera. Tenía que proteger
al árbol abuelo y sus secretos. Corrió a su casa y le contó a su padre
lo que estaba pasando. Su padre, que era carpintero, le dijo
que podía ayudar a salvar al árbol abuelo si ella le ayudaba
a construir una casa para los pájaros que vivían en el bosque.
Olivia y su padre trabajaron durante semanas construyendo una
hermosa casa para los pájaros. Cuando la casa estuvo terminada,
Olivia la llevó al árbol abuelo y la colgó de una de sus ramas.
Los pájaros se quedaron encantados con su nueva casa
y comenzaron a vivir en ella.
Al día siguiente, los hombres con hachas llegaron al bosque.
Cuando vieron la casa de los pájaros, se dieron cuenta de que
el árbol abuelo era importante para los animales del bosque.
Decidieron no cortar el árbol y buscaron otro lugar
para construir la carretera.
Olivia estaba muy feliz de haber salvado al árbol abuelo.
Sabía que seguiría siendo un lugar mágico donde ella podría
leer su libro y aprender sobre los secretos del bosque.
Moraleja:
La naturaleza es un tesoro que debemos proteger.
Todos podemos hacer algo para cuidar el medio ambiente
y preservar la belleza del mundo natural.
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