![]() |
La Amistad del Colibrí y la Flor |
En un jardín lleno de flores de colores vibrantes vivía
una pequeña flor llamada Margarita. Margarita era una flor
alegre y amigable, le encantaba hablar con las demás flores
y jugar con las abejas. Un día, mientras Margarita disfrutaba
del sol, llegó a su jardín un colibrí de plumaje azul brillante.
El colibrí se posó sobre una flor cercana a Margarita y comenzó
a beber su néctar. Margarita quedó fascinada por la belleza del
colibrí y por su vuelo rápido y elegante. El colibrí también se fijó
en Margarita y en su sonrisa radiante.
Desde ese día, el colibrí y la flor se hicieron amigos inseparables.
Jugaban juntos en el jardín, se contaban historias y se reían
a carcajadas. El colibrí le enseñaba a Margarita a volar y a bailar
en el aire, mientras que la flor le enseñaba al colibrí sobre los colores
del mundo y la belleza de la naturaleza.
Un día, una tormenta terrible azotó el jardín. Las flores
se inclinaban por el viento y la lluvia caía con fuerza.
Margarita tenía miedo y temía que el colibrí
se perdiera en la tormenta.
De repente, el colibrí llegó hasta Margarita y la protegió
con sus alas. La mantuvo a salvo del viento y la lluvia hasta
que la tormenta pasó. Margarita estaba muy agradecida
con el colibrí por haberla cuidado.
La amistad del colibrí y la flor se fortaleció con el tiempo.
Se enseñaron mutuamente sobre la importancia de la amistad,
la valentía y la protección de la naturaleza.
Juntos, llenaban el jardín de alegría y belleza.
Moraleja:
La amistad verdadera es un regalo que debemos cuidar.
Los amigos siempre estarán ahí para apoyarnos y ayudarnos
en los momentos difíciles. Debemos ser valientes y proteger
a nuestros amigos, así como ellos nos protegen a nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario
Escribe tu comentario